Una tarde de primavera vi como se amaban una pareja de palomas.
Una de ellas quedó empollando en el nido mientras que la otra traia comida.
Al tiempo nació el pichón y su madre salía, traia comida y volvía a salir.
Yo me enteraba de su regreso por los piares y reclamos del pequeño.
Donde antes habia una pared gris, hoy el universo me entrega capitulos de su historia natural, y yo lo leo agradecida y me siento acompañada por estas tiernas, tibias y solidarias criaturas...
Me siento muy feliz de ser testigo de estas bellas historias de la madre naturaleza.
ResponderEliminar10 años después de este comentario los vecinos pusieron rejas y nunca más tuve la primicia de historia natural desde mi ventana. Una vez más el mal llamado progreso contra mi educación natural.
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