sábado, 9 de abril de 2016

Fluyendo...

Viendo como de a poco las veredas se tiñen de oro...
Lentamente en cada árbol, hay reflejos dorados y ocres..
Es como que cada minuúculo ser, cada hoja se va despidiendo mostrando sus mejores galas..asi cae del árbol de la vida que queda de pie, haciendo su tarea..
Hasta que ...alguna contingencia del mundo o su propia naturaleza le diga basta...al propio árbol..
De chica, el arbol fue compañero de juegos, nada como su tronco rugoso desataba en mis ojos de niña,mil posibilidades de juego..
Ahora me siguen acompañando, fieles testigos de este breve y fugaz paso por la Tierra, me hablan de la posibilidad infinita que tenemos hasta de decir adiós llenando el instante con nuestra luz infinita, alumibrando el paso de los que queremos verla...